Las crisis matrimoniales las podemos entender como oportunidades para afianzar la relación, pero también como un peligro para la continuidad entre ambos. Según estudiosos de las relaciones de pareja cada 4 a 6 años aproximadamente se producen estas crisis que ponen a prueba la unión, si la pareja logra salir adelante entonces pueden seguir, en cambio si estas no son superadas entonces tienen consecuencias negativas como la separación, divorcio y el distanciamiento emocional.
Estas crisis matrimoniales pueden coincidir con etapas de cambio como lo son: el nacimiento del primer hijo, ingreso de los niños al colegio, cuando los hijos de van de casa, la menopausia y la jubilación, etc. El problema es cuando no hay intención de solucionar los desacuerdos, en esos casos son candidatos a la separación.
El requisito fundamental para superar las crisis matrimoniales es el deseo de continuar juntos, para de esta manera poder enfrentar las dificultades de la convivencia, es importante emplear mucho diálogo y tolerancia; además tener presente que través del tiempo cada uno de nosotros cambiamos por diversos motivos, entonces también nuestras relaciones maduran y el amor crece.